DeepSeek ha provocado un replanteamiento radical del gasto en inteligencia artificial en todo el mundo, excepto quizás en China.
El impresionante modelo de bajo costo de la startup muestra la capacidad de innovación del país, pero también pone de relieve cómo las restricciones estadounidenses a los chips de alta gama frenan a la segunda economía más grande del mundo en la carrera tecnológica global.
Para Pekín, la forma más inteligente de avanzar es seguir invirtiendo dinero en romper el dominio de Occidente sobre los semiconductores avanzados.
